Sosa y
complicada, pero por ello interesante, la corrida colombiana de Achury Viejo.Fandiño
y Castaño dieron dos lecciones magistrales en el arte de lidiar reses bravas…
(Texto y fotos: Juan Medrano Ch. Especial para
Perú Toros, revista Fiesta Brava y Casta Brava)
Es
indudable que conforme transcurren los días, la expectativa de la afición
limeña por ir a toros en Acho va al alza. Ello fue un
aserto ayer, en domingo soleado y con poco más de tres cuartos de entrada. La
gente respondió desde la novillada y atrás quedó el mar de cemento que solía
lucir Acho en ferias anteriores, la de aquellas temporadas de carteles modestos
que no emocionaban a nadie.Ayer, la gente se agolpó desde temprano para ver a
los dos toreros españoles más importantes del momento: Castaño y Fandiño, dos
gladiadores dela arena que encarnan hoy por hoy la verdad y pureza del toreo
contemporáneo.
Y
los dos maestros dieron dos lecciones del arte de lidiar reses bravas . Para el
apunte y el recuerdo. Dos lecciones porque los toros no fueron fáciles. Todos
excepto uno, esperaban, miraban, medían y probaban. Algunos reticentes a
embestir y rajados. Pero todos acabaron rompiendo pa’lante en la medida de la
sapiencia de cada lidiador, de los maestros, que arañándoles las pezuñas,
atacándolos y entrando en jurisdicción, acabaron embebiéndolos en sus poderosas
muletas.
Primero
fue Castaño, ante el manso grandullón que rehuyó el envite. El menudo torero no
arredró; con valor sereno, cabeza, muletazo tras muletazo, se lo metió al
talego. Al 4° también lo sometió, a zapatillazo limpio, en gran lección de
distancias. Lástima que la gente terminara aburriéndose en los tendidos porque
la muleta iba muy oblicua y el torero muy aliviado; es cierto, el toro se
recostaba para los adentros; pocos lo entendieron y Castaño acabó restándole
importancia al compromiso.
Lo
de Fandiño sencillamente fue proverbial. A sus dos toros los atacó y dejó
patente que la cuestión de las distancias es fundamental en el toreo. A estos
achuris había que pisarles los terrenos para que metieran la cabeza con codicia;
y vaya que el apretado torero lo logró, pergeñando a Artillero dos tandas
cumbres de derechazos en redondo rematados con el de pecho. Fue lo más emotivo
de la tarde. Al 5°, que quería retornar a su dehesa, lo sujetó descarándose,
exponiendo y entregándole los muslos. El mansito acabó embistiéndole sin
proponérselo jamás.
Con
estas lecciones, nuestro compatriota Fernando Roca Rey la tenía complicada.
Ante Madrileño
se desbrozó en capotazos poco expresivos. Con los rehiletes Acho retumbó en
clamor. El camino estaba expedito para el triunfo que el corajudo torero persigue
desde ferias atrás, pero el morito resultó mirón y tras quedar expuesto el
torero se lo echó a los lomos. De allí para adelante la historia cambió y no
pudo sobreponerse a las complicaciones del toro. Al 6°, el mejor toro de la
tarde y con un gran pitón izquierdo, no lo pudo cuajar y otra vez marchó de
vacío de Acho.
Ficha.
Primera Corrida de Toros de la Feria del Señor de los Milagros. Domingo día 11
de noviembre 2012. Tarde soleada, tres cuartos de entrada. Saltaron a la arena
de la más que bicentenaria plaza de Acho, seis toros de la ganadería Achury
Viejo, que pasta en el municipio de Cundinamarca, Colombia, bien presentados,
ásperos, sosos y muy justitos de raza y clase.
Javier
Castaño
(Primera Comunión y Oro) Tres cuartos de estocada tendida y trasera, aplausos.
Estocada contraria y trasera, silencio.
Iván
Fandiño
(Verde Manzana y Oro) Estocada entera delanterilla, ovación tras un aviso, con
fuerte petición de trofeo. Estocada entera desprendida, oreja.
Fernando
Roca Rey
(Morado en Azabache) Estocada entera desprendida, palmas. Estocada entera,
palmas y pitos.
Incidencias. Fueron ovacionados
los picadores de toros César Caro, en el 2°, y el español Rafael Agudo Gómez,
en el 5°, ambos de la cuadrilla de Iván Fandiño, tras emplearse magistralmente
con la vara.
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