sábado, 25 de junio de 2016

Joselito Riquelme se hará torero en la escuela del Zapata.


Hace unos días el joven torero puneño viajó a México cargado de ilusiones. Ha sido invitado por seis meses al Centro de Formación Taurina de Tlaxcala, tierra de toreros e importantes ganaderías del campo bravo mexicano. 




(Juan Medrano Chavarría)
Kevin José Riquelme Flores, hijo del matador de toros Joselito Riquelme, nacido en Ayaviri pero criado taurinamente en Lampa, Puno, ya está toreando de carretón en el Rancho San Fernando, junto a otros chavales adscritos al Centro de Formación Taurina –CFT- regentada por el matador de toros mexicano Uriel Moreno El Zapata, quien personalmente le ha tendido la mano para hacerse torero en esta importante escuela enclavada en el corazón del estado de Tlaxcala.
Kevin, que en el mundo de los toros se anuncia como su padre, Joselito Riquelme, inició sus andaduras desde pequeño en capeas, festivales,  encerronas y toreando mayormente reses de media casta y cuneras, en aquellas plazas de Dios de los pueblos recónditos de la región Puno. Hasta que el año pasado recaló en Macusani el 12 de diciembre en la última corrida de la feria grande, alternando con El Fabi y el novillero Kuntur Alfaro. Don Jorge Morriberón lo vio, preguntó por él y pronto El Zapata –asiduo de las plazas del Perú-, también se enteró y hoy le ha echado el capote para brindarle la oportunidad que todo torero ansía.
Riquelme tiene condiciones naturales y sabe estar en la plaza. Lo que sabe lo aprendió de los vídeos y de pequeño en las corridas viendo a los buenos toreros. Hoy tendrá la oportunidad de aprenderlo de los maestros de la escuela mexicana.
Mucha suerte torero…!




Oficio: ITDT/102/2016
Tlaxcala, Tlax. a 31 de mayo de 2016
Asunto: Invitación para preparación  

C. KEVIN JOSE RIQUELME FLORES
NOVILLERO
PRESENTE:

Sea este medio el más adecuado para saludarlo, al tiempo que a través del mismo hago extensiva la invitación del Centro de Formación Taurina Uriel Moreno “El Zapata” para poder preparase en el centro antes mencionado, ubicado en el rancho San Fernando en el estado de Tlaxcala, cuna de toros y toreros.

Entre las múltiples expresiones de la identidad tlaxcalteca, la fiesta brava ocupa un lugar preponderante, además de significar ésta un enorme potencial cultural, económico, turístico y ecológico.
                                          
Tlaxcala es, hoy por hoy, el bastión principal de la ganadería de bravo en México y de la cultura de la fiesta brava, al igual que uno de los más prolijos formadores de artistas y toreros de proyección nacional e internacional.

Estamos convencidos de que su participación, como notable conocedor, será de gran importancia a lo largo de su carrera y formación. Nos sentiremos horados de recibirlo, asegurándonos de realizar los preparativos correspondientes por el periodo que usted considere permitente de su estancia en la entidad a partir del quince del presente mes y año.

Sin más por el momento quedo de usted como su atento y seguro servidor.

A T E N T A M E N T E





LUIS MARIANO ANDALCO LÓPEZ
DIRECTOR GENERAL

INSTITUTO TLAXCALTECA DE DESARROLLO TAURINO

jueves, 17 de marzo de 2016

En los páramos de la región Puno, cerquita del cielo, los bravos de Santa Isidora.


En el verde al altiplano, a más de 4,000 metros de altitud, don Hipólito Chacón hace realidad sus sueños ganadero.

(Abraham Ccallo / Edición: Juan Medrano).

Es oriundo de Macusani, Carabaya, amante de la vida campestre y de los toros bravos. Desde siempre soñó con ser ganadero de bravo y de a pocos lo ha conseguido. Con esfuerzo y perseverancia ha logrado una finca en la localidad de Nuñoa, sector Muñapata y Viluyo, al norte de su tierra natal, donde nos recibe con la afabilidad propia de las gentes de aquellas frías estancias...
Porqué Santa Isidora?
Era el nombre de mi madre y le dedicamos la ganadería en honor al gran esfuerzo que hizo para tenernos a su lado a pesar de quedarse sola; trabajó en el comercio de la fibra de alpaca que por aquellos años era un buen negocio. La divisa lleva los colores rojo, crema y verde.
Hicieron gran inversión, vacas y sementales colombianos…
Adquirimos alrededor  de 80  vientres  de procedencia San Esteban de Ovejas y El Paraíso, más 3 sementales de don Jerónimo Pimentel. Contamos con unas 1,200 hectáreas y estamos contentos porque a pesar de la gran altitud el ganado logró adaptarse sin problemas.
Planes para el futuro…
Soñamos con lidiar en las principales plazas del Perú; esperemos sea muy pronto, pero para esto seguiremos trabajando con dedicación y humildad. De momento estamos dotando de instalaciones apropiadas a la finca para recibir como se merece a los visitantes.

Vacas y sus rastras.
 
De pelos diversos, resaltando jaboneros y colorados.


En variopinto paisaje

Entre la vegetación dominada por el ichu.
Donde luce majestuoso este semental del Paraíso de típico pelo café con leche.


Y don Hipólito Chacón, propietario de la Ganadería  Santa Isidora

viernes, 11 de marzo de 2016

De mantero de corralejas, a banderillero de toros.

La impresionante historia de Carlos Garrido, el valiente moreno de la costa colombiana que ahora viste de plata y conquista con su humildad y sapiencia los públicos más exigentes de las plazas de Colombia.
(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)


Se abrió paso a sangre y fuego en las famosas corralejas donde muchos mueren por unos pesos. Hoy es uno de los banderilleros más respetados y queridos del hermano país cafetero. Aquí su historia…
Usted nació en la costa colombiana, exactamente dónde y en qué año...?
Nací en Monteriano, Córdoba), el 16 de febrero de 1991. Mi nombre de pila es Carlos Manuel Rodríguez Lozano y mi nombre artístico es Carlos Garrido. 
Su infancia fue muy dura…
Pues sí, vengo de un hogar de condición social muy humilde. Aunque debo admitir que esas incomodidades inspiraron mi superación. 
En qué circunstancias se inicia usted en el apasionante mundo del toro...?
La primera vez que tuve contacto con el toro bravo contaba con tan solo 9 años de edad; fue en San Jacinto del  Cauca, en una corraleja que se celebraba en el marco de las fiestas patronales de ese municipio.
Entonces, usted se inició en las famosas corralejas, como mantero y colocando banderillas a aquellos toros de terror...?
Exactamente, la corraleja fue mi primer contacto con el toro. Me hice especialista, banderilleaba y manteaba los toros más difíciles, ese era mi fuerte, es lo que mejor paga y da más prestigio.
La paga era muy buena por torear en aquellos espectáculos donde habían heridos y hasta muertos...?
Depende de cómo lo veas. La paga de honorarios a un hombre que se juega la vida delante de un toro, nunca es buena en términos cuantitativos;  sin embargo, partiendo de la idea de hoy en día, en que el salario mínimo vigente en Colombia es de 700.000 pesos colombianos (225 dólares americanos) más o menos, para un trabajador que labora durante un mes de 8 a 10 horas diarias, podríamos decir que era un privilegiado, toda vez que yo me ganaba en una tarde de 200.000 hasta 2’000.000 de pesos en mi mejor momento, cuando le tenía el sitio a los toros, los conocía y los compañeros de corraleja ya respetaban mis espacios.
Qué recuerdos y experiencias le quedan de aquella actividad...Cornadas, desilusiones...
Pues cornadas tengo 7. Desilusiones ninguna, porque fue una buena época. No todo el mundo puede contar esa historia…
Cómo dejó las corralejas y decidió convertirse en banderillero de toros...? Alguna persona o torero en especial lo animó a optar por el traje de luces...
A la edad de 13 años, mientras me presentaba en una corraleja en la ciudad de Medellín en el municipio de Sabaneta (Antioquia), me abordó un hombre que marcaría mi destino. Me acogió en el seno de su hogar como se acoge a un hijo y me relacionó con su círculo social, que de una u otra manera escribieron su historia en mi corazón y me apoyaron para yo escribir la mía también.  Ese amigo querido es piloto comercial y me abrió generosamente las puertas de su casa. Debo mencionar al Poli Martínez,  Dennis Valencia (mamá Dennis), Humberto Gaviria, Raúl Sánchez, Luis Ritter; y otros para quienes también guardo inmensa gratitud, y vino a ser Miguel Escobar (El Federal) quien,  estando yo bajo su protección y ejerciendo como novillero aficionado, ante la negativa de las empresas que organizaban los concursos de novilladas más importantes del país, para los cuales me había proyectado, me aconseja hacerme banderillero de toros, con la condición de poner todo de mí para estar entre los mejores. Tal vez voy en camino de conseguirlo.
Seguro que el comienzo fue duro...Recelos y discriminación tal vez... Hubo algo de ello...?
Hubo todo de ello. Ya pasó. Vendrá algo más de lo que mencionas en el camino,  pase lo que pase, no conozco a nadie que se parezca más al toro que yo. Por tanto es irrelevante…
Usted  es una grata revelación. Va muy bien al toro con el capote, en banderillas tiene mucha solvencia y la crítica de su país lo cataloga como uno de los mejores subalternos colombianos. Cómo recibe usted estas afirmaciones...?
Estoy empezando, lo tengo claro.
Escuchó usted del Perú Taurino. Le agradaría torear en alguna de sus ferias...?
El Perú taurino es vital para la fiesta contemporánea, sin duda sería un gran privilegio torear en sus ferias.
(La entrevista completa en la edición N° 75 de la revista Fiesta Brava, Marzo 2016)

Con verdad...

Dando mucha ventaja...

Y desmoterándose cada tarde en las plazas grandes de Colombia...(4)

En vez de aliviarse...

sábado, 6 de febrero de 2016

Paraíso de bravo en Junín


Un hombre de voluntad inquebrantable, cría toros bravos en la zona más agreste del Centro del Perú; entre quebradas, riscos y peñas, repasa a caballo, tal verdadero vaquero, la camada de machos de ascendencia mexicana que lidiarán en las ferias más importantes de la región.
(Desde Junín, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)

 Shashitacana es el vocablo quechua que designa el fundo de más de cien hectáreas, donde don Wilmer Cajahuanca Castillo, propietario de la ganadería Rancho Verde, cría toros bravos a más de 4,000 metros de altitud. Estas oquedades que lucen verdes entre las quebradas y humedales que dominan el paisaje, distan unos 10 kilómetros de Junín y su histórica pampa, donde hace casi doscientos años combatientes del pueblo sellaron la gesta independentista contra el colonialismo español.
La visita es fortuita. Nuestro destino era Huancavelica pero los huaycos cerraron la Carretera Central y hubo de aguardar en Junín la refacción de la vía para volver. Y qué mejor que acudir a un antiguo amigo para sobrellevar la soledad de aquellas frígidas estancias,  degustar el campo, respirar aire puro y vivir emociones únicas e irrepetibles.
Llueve pero no es un invierno normal. Hay semanas secas que alternan con otras de aguacero moderado, suficiente para que los cultivos de maca, quinua y kiwicha se afiancen a la tierra y florezcan los frutos. Los toros, unos treinta machos, se solazan en las laderas de los cerros contrastando con sus pelajes el gris oscuro de la frígida cordillera.
“Mi padre criaba ganado de carne y también cierta punta de toros cuneros que desde siempre se encontraban por aquí. A mí me gustaba ser torero y me convertí en banderillero, luego decidí continuar la afición de mi padre y mejorar la actividad. Tras quince años de trabajo he logrado una vacada y sementales de pura casta, cuyos productos se lidian en plazas como San Pedro de Cajas, Lanceros de Junín y en portátiles de Lima”, señala con entusiasmo el joven y promisorio ganadero.
Quedamos azorados con el paisaje y el agua cristalina que discurre por los riachuelos y la gran cascada, a cuyo pie camina la manada de machos, que acomodan sus cornamentas para la foto. Una grata visita, inolvidable y gratificante, por cierto.

Este es el obelisco de Junín...
Dedicado a los héroes anónimos que en esta fría pampa entregaron sus vidas por nuestra independencia que hasta hoy no se da, por el neocolonislismo que impide nuestro desarrollo como país soberano.
Lucen hermosos, con pelos típicos de la sangre mexicana...(5)




Entre humedales y  pequeñas lagunas...


Manada de machos arreados por los vaqueros de Rancho Verde...


Muy cercana a esta pintoresca capilla de piedra erigida en honor al Señor de Paccha, que data de 1905...
Y en el epílogo de la visita, nos refrescamos con el ganadero y sus vaqueros.

domingo, 31 de enero de 2016

Vengo en busca de tu silencio, esperando que algún maletilla toque tu corazón…




La plaza de toros Acho cumplió ayer 250 años de fundada. Un entusiasta colectivo de aficionados organizó un sencillo pero significativo acto conmemorativo en su histórico albero, se soltaron globos blancos y el famoso declamador Carlos Barraza se desbrozó en coplas de bravía emoción…
(Juan Medrano Chavarría).

Dos siglos y medio de existencia no pudieron pasar inadvertidos para los cultores de la fiesta. Y aquel vetusto templo sagrado de barro y madera se convirtió ayer en el centro de peregrinaje de un grupo de asiduos y fieles. Un cura rememoró a las almas toreras y el eximio Carlos Barraza nos emocionó con sus versos, en la misma arena donde una tarde de finales de los noventa, el gran Rafael Gastañeta cuajara una extraordinaria faena a un toro mexicano.
Tras la liturgia y las coplas, la periodista Magaly Zapata hizo un breve apunte de la efemérides, se soltaron globos blancos al cielo y luego de la tertulia de rigor, los criollos nos deleitaron con sus limeñísimas melodías. La Beneficencia no autorizó la tienta pública y nos quedamos con las ganas de ver toros en aquella ocasión tan especial.
Pasado el mediodía, un buen grupo de aficionados se congregó en el centro del albero de la plaza más antigua de América...

Donde el padre Niklen hizo un breve responso rememorando los avatares del histórico escenario...

Y Carlos Barraza, eximio declamador, se expresó bravíamente con una oda dedicada al silencio de Acho...

Se soltaron globos blancos...

Los niños se echaron a torear...

Y el remate fue con estos criollos que evocaron a la Lima del ayer.



       

viernes, 29 de enero de 2016

Acho, 250 años de historia.

Por el retorno del toro y la autenticidad de la fiesta

(Juan Medrano Chavarría)



Este sábado día 30 de enero de 2016 la plaza de toros Acho cumple doscientos cincuenta años de fundada. Su trayectoria, como pocos monumentos de su género en el mundo, es una evocación a la historia y sus tradiciones.
Tradiciones de una Lima que ha evolucionado desde los tscientos cincuenta años de fundada, erigiiempos de la carreta y los aguateros, evocados por don Ricardo Palma en sus célebres Tradiciones Peruanas, hasta los tiempos de hoy, marcados por el caos y el hacinamiento de una metrópoli que clama por un plan de reestructuración y reordenamiento para proveer de calidad de vida a sus más de diez millones de habitantes.   
En ese contexto, Acho y su entorno conforman una realidad que ha sido ignorada por las sucesivas autoridades que tuvieron la responsabilidad de velar por su desarrollo. Declarado Monumento Histórico, es la plaza de toros más antigua de América; mas, su enorme categoría monumental le ha servido de muy poco para llamar la atención de los funcionarios del estado, en tanto invertir recursos para su remodelación, -junto a su entorno-, para revalorizarla en los niveles más altos de promoción turística.
Otro punto es la calidad de los espectáculos que ofrece, lamentablemente venidos a menos en los últimos años por un sin número de razones. Una empresa poderosa se acaba de ir, agobiada por la falta de certidumbre y las ominosas exigencias de la sociedad arrendataria. De tal forma que al día de hoy, la suerte de la plaza es un acertijo y no se ven luces de reflexión en los estamentos que podrían orientar su destino.      
Mientras, la sufrida afición que paga los altísimos precios del espectáculo, espera impaciente el anuncio del cartel de la temporada. A este heroico público no le importa quién organiza la feria, ni qué toreros ni ganaderías vendrán –pues de hecho se anunciará a los mismos de siempre y se relegarán a los verdaderamente buenos-.
El afán es asistir a la plaza para reencontrarse con el toro y sobretodo, con el fastuoso ambiente que emana de sus fabulosas arquerías y misteriosos pasadizos de rancio olor a madera.
Qué importa que el toro ni lo sea, ni menos lo parezca, que para eso está el coro de la prensa españolista. La temporada que pasó, la gente que paga, como siempre, saldó su descontento bebiendo la cerveza más costosa del mundo; ni en el salón de la torre Eiffel beber beer es más oneroso que en Acho…!!

Ojalá el aniversario de la plaza nos llame a reflexión. La afición clama por la vuelta a la autenticidad, la vuelta del toro y de los toreros que se justifican. Terminemos ya con el imperio del grupo que envía a Acho los mismos toreros desde hace diez años.
Enhorabuena para todos.