miércoles, 11 de junio de 2014

Muy cerquita al cielo, un día campero en Los Ángeles de Santa Rosa.


Muchas ganaderías bravas surgen en los rincones más ignotos del Perú Profundo. Una de ellas es Los Ángeles de Santa Rosa, una de las ramas de la legendaria Achaco, cuya finca ganadera se ubica en el altiplano puneño, en los extensos pajonales de la provincia de Melgar, distrito de Santa Rosa, a 4,000 metros sobre el nivel del mar…
(Textos y fotos: Abraham Ccallo Cahuana. Edición: Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
Allí los anfitriones, familia Mayta Paccosoncco, nos abrió las puertas con motivo de la conmemoración del octavo aniversario del fallecimiento del patriarca de la familia, don Ángel  Antero Mayta Flores. Hubo un festival taurino, tentadero de becerras e inauguración de la plaza de tientas de la ganadería.
Actualmente Los  Ángeles  de Santa  Rosa refresca su sangre con dos sementales de reconocidas ganaderías  nacionales como son Los Bustamante y Santa Rosa de Lima, de procedencia Roberto Puga, con buenos resultados tras las performances de sus pupilos el pasado 5 de mayo en Cojata, vecina localidad de la frontera boliviania, donde Fosforero  Nº 35 fue muy codicioso, tuvo fijeza y mucha clase, características de sus progenitores y premiado con la vuelta al ruedo. Para este 2014 la camada de santarroseños lidiará en las ferias de Santa Rosa, Ocuviri, Puno, Paruro, Cuzco  y Apurímac.

El pasado sábado día 7 de junio la familia organizó en la finca el tentadero de hembras e inauguró el sobrio escenario denominado Señor de los Milagros, donde fueron aprobadas el setenta por ciento de becerras y se estoqueó un novillo de pelo jabonero que dio muy buen juego y aprovechado por los coletas. Participaron el matador de toros peruano Carlos Ramírez y el mexicano Manolo Juárez, y los banderilleros sureños Richard Huarcaya, El Vito, Yuyo, David Espinoza, César Salas y aficionados que con  su presencia y entusiasmo dieron significativo realce a la  jornada campera.   
Doña Gabina Paccosonco inaugurando la flamante plaza de tientas.

Ejemplar jabonero saltando a la placita de tientas


                       Carlos Ramirez ante  el unico Novillo que  se estoqueo


                                                         Manolo Juárez

Ganadero Fernando Mayta toreando por naturales.

Familia ganadera Mayta Paccosonco junto a toreros y amigos al final de la jornada.

Los predios ganaderos de Los Ángeles de Santa Rosa, en Santa Rosa, Melgar, Puno, a 4,000 metros sobre el nivel del mar.


lunes, 2 de junio de 2014

Alfonso de Lima triunfador de la feria de Puquio.

Raza y gran actitud del torero limeño, que no necesitó de algún rabo para sustentar su valía. El Zapata volvió a dejarse ver fácil y largo ante una corrida que adoleció de clase y arrestos para embestir en el último tercio.
(Textos: Juan Medrano Chavarría. Fotos: Luis Rodríguez Sánchez. Especial para Perú Toros)
Lo dijimos hace un par de días y hoy lo volvemos a sustentar. Los festejos taurinos claman formalización y los estamentos tienen la responsabilidad de coadyuvar a ese propósito, en especial los profesionales, que son actores y protagonistas de la fiesta.
Nuestros buenos deseos fueron a parar al trasto. Ayer en Puquio un hombre de plata paralizó el desarrollo de la corrida para pedir un rabo para su matador, cuando éste no lo necesitaba porque tras una gran actuación donde a base de pundonor y vergüenza torera se había ganado las dos orejas a ley, el público lo aclamó  y catapultó al podio de los triunfadores. Hoy martes día 2 de junio el SITOPE se reunirá en Lima. Ojalá tengan en agenda este tema, junto a los otros por los que vienen luchando, como la inclusión de un torero peruano por tarde y el justo pago de honorarios de acuerdo a la categoría de las plazas…
En tarde soleada y de frío seco se lidiaron siete astados de San Pedro 1°, 5°, 6° y 7° y Salamanca 2°, 3° y 4°, terciados y en general justos de acometividad y raza, aculándose en tablas los más después de varas. Sin el tranquillo que da emoción a todo lo que hace el torero, los coletas tuvieron que echarse encima de los toros para buscar el triunfo. Los de Sebastián Vargas se movieron poco y el 4° buscó las tablas. El cucutense le hizo faena allí porfiándole por ambos pitones, tocando y obligando para que embistiera. Naturalmente ello tiene mérito pero no transmite emociones porque el bicho careció de lo suyo. El Zapata no vio claro a un Salamanca que pegaba cabezadas y se cruzaba para coger. Al rajado 5° le pegó dos series de muletazos mostrándose superior. De allí jugueteó con él en tablas hasta pasaportarlo con contundencia.
Lo de Alfonso de Lima fue muy emotivo. El San Pedro salió con patas y el torero puso el pecho y el corazón para lancear con el capote hasta los medios y encender la plaza. El toro no tenía clase,  solo arrollaba. Eso no fue impedimento para que Foncho se metiera con él y mostrara con planta firme y la seguridad de los que saben a lo que van, que ha madurado y vendrán cosas mejores. Quitó de capote en el centro del redondel y luego esperó muleta por delante al dubitativo sampedrano que embestía sin ritmo ni claridad. Las series no fueron ceñidas ni perfectas pero la actitud superior del torero sobre su enemigo nos transmitieron aquel indescriptible sentimiento único e irrepetible del arte del toreo. El cenit llegó cuando se perfiló sin muleta sobre el lomo para clavar arriba y hacer rodar al bicho sin puntilla. Clamor en la plaza y el juez afloró los dos pañuelos, a los que se añadió el rabo que un solícito banderillero puso en escaparate para que la gente porfiara por él. Innecesario. Porque lo obsequiado por Foncho a la afición prescindía de aditamentos cortesanos.
Los organizadores declararon triunfador de la feria a Alfonso de Lima y como mejor ganadería a San Pedro. Los partidarios del Zapata quedaron con los crespos hechos porque tenían seguro que el tlaxcalteca lograría aquel título tras acumular cinco orejas contra las dos que logró el torero nacional. Cosas de los toros. Aquí el resultado artístico.
Sebastián Vargas (Tabaco y oro) Estocada tendida, descabellos, palmas. Pinchazo, estocada delanterilla, oreja.
Uriel Moreno El Zapata (Palo rosa y oro) Estocada delantera y caída, silencio. Estocada caída, dos orejas.
Alfonso de Lima (Burdeos y oro) Estocada delantera y caída, pinchazos y descabellos, división tras un aviso. Estocada en lo alto, dos orejas y rabo. Pinchazo, media estocada tendida, descabellos, silencio.
Sebastián Vargas.


El Zapata.



Alfonso de Lima.





El Zapata conquista Puquio.

Con su toreo muy a la mexicana, variado, fácil y efectista, el diestro tlaxcalteca triunfó en el primer festejo de la feria del Señor de la Ascensión. Fernando Roca Rey también salió en volandas en una tarde donde a la corrida de San Pedro y Salamanca le faltó el punto de raza para romper.
(Desde Puquio, Ayacucho, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría y Luis Rodríguez Sánchez, especial para Perú Toros)
Empezaremos con algunas disquisiciones sobre el juez, la autoridad o la presidencia, que conduce el festejo y otorga los trofeos de acuerdo al reglamento taurino. Si está allí lo hace investido de autoridad, dispone y ordena y hay que respetar sus decisiones, porque está sobreentendido que conoce ampliamente del tema y tiene sabiduría para resolver en situaciones en que la masa actúa movida por pasiones y emociones.
Hace unos días una dama que escribe de toros en un medio limeño se preguntaba porqué en nuestro país no podemos tener ferias de categoría como la de Manizales, Cali o Medellín en Colombia… Pues sencillamente porque allá los espectadores tienen cultura taurina, se respeta a la autoridad y los toreros son verdaderos profesionales que acatan las disposiciones y reglamentos de los espectáculos taurinos. Este cronista, que ha presenciado corridas en plazas de América, no recuerda haber visto banderilleros azuzando al público para pedir trofeos para su matador, menos impidiendo que el tiro de arrastre ingrese al albero en tanto se exacerban los ánimos para cargársela contra el juez y por presión de la masa caigan los trofeos. Ocurrió en Acho la temporada pasada, cuando un banderillero español tuvo el desparpajo de detener a los mulilleros mientras la gente se cargaba la presidencia.
He allí la explicación a nuestra penosa realidad. Muchos festejos, muchas corridas, muchas plazas llenas pero nada de formalidad. Nos zurramos en la ley, los reglamentos y nos creemos listos e intocables. A estas alturas deberíamos exportar toros y toreros pero solo somos el hazmerreír del cotarro…
En Puquio los organizadores invirtieron dinero en la impresión de 15,000 folletos ilustrativos donde se abordaban temas como el reglamento taurino, concesión de trofeos, función del picador, tercios de la lidia, tipos de estocadas, entre otros detalles de las corridas de toros. Se confeccionaron también igual cantidad de pañuelos blancos que se entregaron a los espectadores a su ingreso a la plaza. El objetivo de la comuna, muy loable por cierto, era ilustrar al público para el buen desarrollo del espectáculo…
Los toros de San Pedro y Salamanca saltaron terciados y se dejaron torear. Los de Salamanca lucieron mejor condición pero en general a la corrida le faltó fuerza y ese picantito, este último factor indispensable para generar emociones. Con ese material entre manos los toreros tuvieron que hacerlo todo; y he allí que la sapiencia y el repertorio jugaron papel importante en la balanza.
El lote de Sebastián Vargas careció de arrestos. El 1° fue reservón, de embestida descompuesta y nunca se entregó. El cucuteño le hizo faena de aliño y lo pinchó. El 4° no trajo nada nuevo, tuvo poca fuerza pero más claro en sus embestidas. Vargas lo esperó de hinojos en los medios pero el morlaco acudió muy tardo y desentendido y de allí para adelante hubo de sostenerlo con la muleta a media altura. No hubo lucimiento pero sí conocimiento y oficio para domeñar y resolver. Dejó media estocada en todo lo alto y el trofeo nunca llegó.
El Zapata no reparó en las condiciones de su lote. Simplemente aprovechó cada viaje, cada arresto, cada arrancada para pasárselos de capote y muleta. No es torero de quietud, de cruzarse ni de apuntar con las zapatillas los pitones del toro, pero domina muy bien los tiempos y las pausas, por eso lo ve todo muy claro. Los pares monumentales que clavó calentaron los tendidos y despertaron admiración en un público poco acostumbrado a ver toreros tan largos como el mexicano.
En medio de aquellos dos veteranos de guerra anduvo nuestro crédito Fernando Roca Rey. Su 1°, que arrollaba y echaba las manos por delante, no sirvió a sus propósitos. Al 6°, de poca fuerza y sin transmisión, le hizo faena larga, tediosa y sin emociones, a pesar de la buena actitud que mostró el limeño para justificarse y agradar al público que en todo momento lo alentó desde los tendidos. Cayó la noche y no alcanzamos a ver la estocada, pero sí el despelote que armaron los subalternos atizando la confusión y el fervor de la gente que clamaba por los trofeos para el peruano; en tanto el juez, acorralado, defenestrado y sin autoridad, abdicó defender sus fueros.
Ficha. Sábado día 31 de mayo. Plaza de toros Antonio Navarro. Lleno hasta las banderas en tarde soleada. Corrida de Toros. Seis astados de San Pedro 1°, 5° y 6°, y Salamanca 2°, 3° y 4°.
Sebastián Vargas (Azul rey y Oro) Dos pinchazos y descabello, palmas. Media estocada en todo lo alto, vuelta al ruedo.
Uriel Moreno El Zapata (Gris pizarra y oro) Estocada desprendida, oreja. Estocada trasera y desprendida, dos orejas.
Fernando Roca Rey (Burdeos y oro) Estocada trasera y caída, vuelta al ruedo. Estocada, dos orejas.      
    
 
Sebastián Vargas

Uriel Moreno El Zapata



Fernando Roca Rey.



 Este burraco intentó saltar al callejón

Gran picador el mexicano César Morales.

El Zapata y Fernando Roca Rey a hombros.