domingo, 29 de junio de 2014
miércoles, 11 de junio de 2014
Muy cerquita al cielo, un día campero en Los Ángeles de Santa Rosa.
Muchas ganaderías bravas surgen en los rincones más ignotos del Perú
Profundo. Una de ellas es Los Ángeles de Santa Rosa, una de las ramas de la
legendaria Achaco, cuya finca ganadera se ubica en el altiplano puneño, en los
extensos pajonales de la provincia de Melgar, distrito de Santa Rosa, a 4,000
metros sobre el nivel del mar…
(Textos y fotos: Abraham
Ccallo Cahuana. Edición: Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y
revista Fiesta Brava)
Allí los anfitriones, familia Mayta Paccosoncco, nos abrió
las puertas con motivo de la conmemoración del octavo aniversario del fallecimiento
del patriarca de la familia, don Ángel
Antero Mayta Flores. Hubo un festival taurino, tentadero de becerras e
inauguración de la plaza de tientas de la ganadería.
Actualmente
Los Ángeles de Santa Rosa refresca su sangre con dos
sementales de reconocidas ganaderías nacionales como son Los Bustamante y
Santa Rosa de Lima, de procedencia Roberto Puga, con buenos resultados tras las
performances de sus pupilos el pasado 5 de mayo en Cojata, vecina localidad de
la frontera boliviania, donde Fosforero Nº 35 fue muy codicioso, tuvo
fijeza y mucha clase, características de sus progenitores y premiado con la
vuelta al ruedo. Para este 2014 la camada de santarroseños lidiará en las
ferias de Santa Rosa, Ocuviri, Puno, Paruro, Cuzco y Apurímac.
El
pasado sábado día 7 de junio la familia organizó en la finca el tentadero
de hembras e inauguró el sobrio escenario denominado Señor de los
Milagros, donde fueron aprobadas el setenta por ciento de becerras y se
estoqueó un novillo de pelo jabonero que dio muy buen juego y aprovechado por
los coletas. Participaron el matador de toros peruano Carlos Ramírez y el
mexicano Manolo Juárez, y los banderilleros sureños Richard Huarcaya, El Vito, Yuyo,
David Espinoza, César Salas y aficionados que con su presencia y
entusiasmo dieron significativo realce a la jornada campera.
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Doña Gabina Paccosonco inaugurando la flamante plaza de tientas. |
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Ejemplar jabonero saltando a la placita de tientas |
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Ganadero Fernando Mayta toreando por naturales. |
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Familia ganadera Mayta Paccosonco junto a toreros y amigos al final de la jornada. |
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Los predios ganaderos de Los Ángeles de Santa Rosa, en Santa Rosa, Melgar, Puno, a 4,000 metros sobre el nivel del mar. |
lunes, 2 de junio de 2014
Alfonso de Lima triunfador de la feria de Puquio.
Raza y gran
actitud del torero limeño, que no necesitó de algún rabo para sustentar su
valía. El Zapata volvió a dejarse ver fácil y largo ante una corrida que
adoleció de clase y arrestos para embestir en el último tercio.
(Textos: Juan
Medrano Chavarría. Fotos: Luis Rodríguez Sánchez. Especial para Perú Toros)
Lo dijimos hace un par de días y hoy lo
volvemos a sustentar. Los festejos taurinos claman formalización y los
estamentos tienen la responsabilidad de coadyuvar a ese propósito, en especial
los profesionales, que son actores y protagonistas de la fiesta.
Nuestros buenos deseos fueron a parar al
trasto. Ayer en Puquio un hombre de plata paralizó el desarrollo de la corrida
para pedir un rabo para su matador, cuando éste no lo necesitaba porque tras una
gran actuación donde a base de pundonor y vergüenza torera se había ganado las
dos orejas a ley, el público lo aclamó y
catapultó al podio de los triunfadores. Hoy martes día 2 de junio el SITOPE se
reunirá en Lima. Ojalá tengan en agenda este tema, junto a los otros por los
que vienen luchando, como la inclusión de un torero peruano por tarde y el
justo pago de honorarios de acuerdo a la categoría de las plazas…
En tarde soleada y de frío seco se lidiaron
siete astados de San Pedro 1°, 5°, 6° y 7° y Salamanca 2°, 3° y 4°, terciados y
en general justos de acometividad y raza, aculándose en tablas los más después
de varas. Sin el tranquillo que da emoción a todo lo que hace el torero, los
coletas tuvieron que echarse encima de los toros para buscar el triunfo. Los de
Sebastián Vargas se movieron poco y el 4° buscó las tablas. El cucutense le
hizo faena allí porfiándole por ambos pitones, tocando y obligando para que
embistiera. Naturalmente ello tiene mérito pero no transmite emociones porque
el bicho careció de lo suyo. El Zapata no vio claro a un Salamanca que pegaba
cabezadas y se cruzaba para coger. Al rajado 5° le pegó dos series de muletazos
mostrándose superior. De allí jugueteó con él en tablas hasta pasaportarlo con
contundencia.
Lo de Alfonso de Lima fue muy emotivo. El
San Pedro salió con patas y el torero puso el pecho y el corazón para lancear
con el capote hasta los medios y encender la plaza. El toro no tenía
clase, solo arrollaba. Eso no fue
impedimento para que Foncho se metiera con él y mostrara con planta firme y la
seguridad de los que saben a lo que van, que ha madurado y vendrán cosas
mejores. Quitó de capote en el centro del redondel y luego esperó muleta por
delante al dubitativo sampedrano que embestía sin ritmo ni claridad. Las series
no fueron ceñidas ni perfectas pero la actitud superior del torero sobre su
enemigo nos transmitieron aquel indescriptible sentimiento único e irrepetible
del arte del toreo. El cenit llegó cuando se perfiló sin muleta sobre el lomo
para clavar arriba y hacer rodar al bicho sin puntilla. Clamor en la plaza y el
juez afloró los dos pañuelos, a los que se añadió el rabo que un solícito
banderillero puso en escaparate para que la gente porfiara por él. Innecesario.
Porque lo obsequiado por Foncho a la afición prescindía de aditamentos
cortesanos.
Los organizadores declararon triunfador de
la feria a Alfonso de Lima y como mejor ganadería a San Pedro. Los partidarios
del Zapata quedaron con los crespos hechos porque tenían seguro que el
tlaxcalteca lograría aquel título tras acumular cinco orejas contra las dos que
logró el torero nacional. Cosas de los toros. Aquí el resultado artístico.
Sebastián Vargas (Tabaco y oro) Estocada
tendida, descabellos, palmas. Pinchazo, estocada delanterilla, oreja.
Uriel Moreno El Zapata (Palo rosa y oro)
Estocada delantera y caída, silencio. Estocada caída, dos orejas.
Alfonso de Lima (Burdeos y oro) Estocada
delantera y caída, pinchazos y descabellos, división tras un aviso. Estocada en
lo alto, dos orejas y rabo. Pinchazo, media estocada tendida, descabellos,
silencio.
Sebastián Vargas. |
El Zapata. |
Alfonso de Lima. |
El Zapata conquista Puquio.
Con su toreo
muy a la mexicana, variado, fácil y efectista, el diestro tlaxcalteca triunfó
en el primer festejo de la feria del Señor de la Ascensión. Fernando Roca Rey
también salió en volandas en una tarde donde a la corrida de San Pedro y
Salamanca le faltó el punto de raza para romper.
(Desde
Puquio, Ayacucho, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría y Luis Rodríguez
Sánchez, especial para Perú Toros)
Empezaremos
con algunas disquisiciones sobre el juez, la autoridad o la presidencia, que
conduce el festejo y otorga los trofeos de acuerdo al reglamento taurino. Si
está allí lo hace investido de autoridad, dispone y ordena y hay que respetar
sus decisiones, porque está sobreentendido que conoce ampliamente del tema y
tiene sabiduría para resolver en situaciones en que la masa actúa movida por
pasiones y emociones.
Hace
unos días una dama que escribe de toros en un medio limeño se preguntaba porqué
en nuestro país no podemos tener ferias de categoría como la de Manizales, Cali
o Medellín en Colombia… Pues sencillamente porque allá los espectadores tienen
cultura taurina, se respeta a la autoridad y los toreros son verdaderos
profesionales que acatan las disposiciones y reglamentos de los espectáculos
taurinos. Este cronista, que ha presenciado corridas en plazas de América, no
recuerda haber visto banderilleros azuzando al público para pedir trofeos para
su matador, menos impidiendo que el tiro de arrastre ingrese al albero en tanto
se exacerban los ánimos para cargársela contra el juez y por presión de la masa
caigan los trofeos. Ocurrió en Acho la temporada pasada, cuando un banderillero
español tuvo el desparpajo de detener a los mulilleros mientras la gente se
cargaba la presidencia.
He
allí la explicación a nuestra penosa realidad. Muchos festejos, muchas
corridas, muchas plazas llenas pero nada de formalidad. Nos zurramos en la ley,
los reglamentos y nos creemos listos e intocables. A estas alturas deberíamos
exportar toros y toreros pero solo somos el hazmerreír del cotarro…
En
Puquio los organizadores invirtieron dinero en la impresión de 15,000 folletos
ilustrativos donde se abordaban temas como el reglamento taurino, concesión de
trofeos, función del picador, tercios de la lidia, tipos de estocadas, entre
otros detalles de las corridas de toros. Se confeccionaron también igual
cantidad de pañuelos blancos que se entregaron a los espectadores a su ingreso
a la plaza. El objetivo de la comuna, muy loable por cierto, era ilustrar al
público para el buen desarrollo del espectáculo…
Los
toros de San Pedro y Salamanca saltaron terciados y se dejaron torear. Los de
Salamanca lucieron mejor condición pero en general a la corrida le faltó fuerza
y ese picantito, este último factor indispensable para generar emociones. Con
ese material entre manos los toreros tuvieron que hacerlo todo; y he allí que
la sapiencia y el repertorio jugaron papel importante en la balanza.
El
lote de Sebastián Vargas careció de arrestos. El 1° fue reservón, de embestida
descompuesta y nunca se entregó. El cucuteño le hizo faena de aliño y lo
pinchó. El 4° no trajo nada nuevo, tuvo poca fuerza pero más claro en sus
embestidas. Vargas lo esperó de hinojos en los medios pero el morlaco acudió
muy tardo y desentendido y de allí para adelante hubo de sostenerlo con la
muleta a media altura. No hubo lucimiento pero sí conocimiento y oficio para domeñar
y resolver. Dejó media estocada en todo lo alto y el trofeo nunca llegó.
El
Zapata no reparó en las condiciones de su lote. Simplemente aprovechó cada
viaje, cada arresto, cada arrancada para pasárselos de capote y muleta. No es
torero de quietud, de cruzarse ni de apuntar con las zapatillas los pitones del
toro, pero domina muy bien los tiempos y las pausas, por eso lo ve todo muy
claro. Los pares monumentales que clavó calentaron los tendidos y despertaron
admiración en un público poco acostumbrado a ver toreros tan largos como el
mexicano.
En
medio de aquellos dos veteranos de guerra anduvo nuestro crédito Fernando Roca
Rey. Su 1°, que arrollaba y echaba las manos por delante, no sirvió a sus
propósitos. Al 6°, de poca fuerza y sin transmisión, le hizo faena larga,
tediosa y sin emociones, a pesar de la buena actitud que mostró el limeño para
justificarse y agradar al público que en todo momento lo alentó desde los tendidos.
Cayó la noche y no alcanzamos a ver la estocada, pero sí el despelote que
armaron los subalternos atizando la confusión y el fervor de la gente que
clamaba por los trofeos para el peruano; en tanto el juez, acorralado,
defenestrado y sin autoridad, abdicó defender sus fueros.
Ficha.
Sábado día 31 de mayo. Plaza de toros Antonio Navarro. Lleno hasta las banderas
en tarde soleada. Corrida de Toros. Seis astados de San Pedro 1°, 5° y 6°, y
Salamanca 2°, 3° y 4°.
Sebastián
Vargas (Azul rey y Oro) Dos pinchazos y descabello, palmas. Media estocada en
todo lo alto, vuelta al ruedo.
Uriel
Moreno El Zapata (Gris pizarra y oro) Estocada desprendida, oreja. Estocada
trasera y desprendida, dos orejas.
Fernando
Roca Rey (Burdeos y oro) Estocada trasera y caída, vuelta al ruedo. Estocada,
dos orejas.
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