lunes, 13 de febrero de 2012

Con Fandiño triunfó el toreo; y Solanilla, oreja en la Santamaría

La imponente y seria corrida de Santa Bárbara, simplemente adoleció de bravura.
Desde Bogotá, Colombia, Juan Medrano Ch. Especial para Fiesta Brava , Perú Toros y Casta Brava)
Una cosa es ser buen torero y otra muy diferente es torear bien y llevar siempre la verdad en los trastos y en la vida. Ayer tarde en la Santamaría de Bogotá, con el piso todavía húmedo por el estrepitoso aguacero que cayó antes de la corrida, aquel parco y menudo torero de Vizcaya llamado Iván Fandiño, dio una lección magistral de lo que es el toreo caro y verdadero: el del cite en largo con la muleta planchada y paralela al cuerpo, echando la pierna de salida siempre pa’lante, para quedar en suerte y ligar, aguantando estoico y pasándose muy cerca las perchas. Lo vimos en Acho; el viernes pasado en la Macarena de Medellín, y ayer simplemente lo corroboró en la primera plaza de Colombia; mientras las figuras vienen sólo a “hacer las Américas”, Iván se yergue como el torero más importante del planeta de los toros.   
Poco importó que la corrida manseara. El primero fue a más y Fandiño lo ligó sobre ambas manos, embebiéndolo en su muleta muy en largo, templado y apretado. Con estos argumentos se metió al talego al público, haciéndolo estallar de emoción. Tras pinchar saludó una gran ovación; el quinto, un buey manso. El que regaló cantó estrepitosamente su mansedumbre en tablas.
Diego Urdiales se llevó el lote negro, pero patentó su poderío sometiendo las desclasadas acometidas de sus dos toros, abroncados en el arrastre. El nacional Juan Solanilla sí que se sacó la lotería. Su primero, crudo en varas, lo rebasó por momentos, a lo que el impetuoso torero respondió con voluntad y perseverancia, yendo tras él para pergeñar algunos muletazos donde el toro quiso. Al sexto no lo entendió, o no lo acabó de cuajar, pero por sus ganas de querer ser, acabó muy arropado por sus connacionales.
Vivimos una tarde de grandes emociones, donde además, los banderilleros rayaron a gran altura, desmonterándose tras grandes pares, Andrés Herrera, Hernando Franco, El Piña y Ricardo Santana.
Ficha. Plaza de Toros Santamaría de Bogotá. Domingo, día 12 de febrero. Tarde nublada, media entrada. Siete toros de Santa Bárbara, encaste Domeq, bien presentados pero faltos de raza; el sétimo, obsequiado por Iván Fandiño.  
El banderillero Ándres  Herrera.
Diego Urdiales (Turquesa y oro) Media estocada y siete descabellos, pitos tras dos avisos y pitos al toro. Estocada delantera, palmas y pitos al toro.
Iván Fandiño (Lila y oro) Confirmó la alternativa con el toro Nº 638, negro listón y cornidelantero. Pinchazo hondo y tres descabellos, saludos tras aviso y aplausos al toro. Estocada entera delanterilla, saludos y pitos al toro. Estocada contraria y desprendida, ovación.
Juan Solanilla (Berenjena y oro) Estocada trasera, tendida y desprendida, oreja. Estocada delantera, caída y perpendicular, palmas.






Banderillero Hernando Franco






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